sábado, 21 de marzo de 2009

EXPERIENCIA: Taller sobre medio ambiente en la Casa Encendida.

La Casa Encendida, debe llamarse así porque cuando entras te das cuenta de que es un hogar que nunca descansa, como muchos de los nuestros.

Me encontré con la información de los talleres de forma casual, pero enseguida nos pusimos todos de acuerdo porque era una oportunidad de hacer un curso en familia, los cuatro juntos, casi como si fuésemos juntos al colegio, y eso nos pareció divertido, pero lo fue mucho más conocer cómo es el desarrollo de los talleres.

Nada más entrar por la puerta de la casa, te vas encontrando con nuevos amigos dispuestos a enseñarte todo lo que saben y a hacerte pasar un buen rato; conocimos a Paco, Verónica y Vanesa que nos recibieron con una gran sonrisa. Todos los talleres se inician con una historia y ésta trataba de una sustancia que se encuentra en el aire y que cada vez es mayor.

En nuestro taller tenían un tendedero, sí, como esos en los que se cuelga la ropa, con pinzas de madera para ir tendiendo "cosas limpias", y poco a poco todos los niños fueron colaborando en colgar cosas positivas para nuestro ambiente: como una foto de contenedores para reciclado, plantas con las que decorar nuestros balcones y además alimentarnos como tomates, pimientos, etc., cintas con las que sellar nuestras ventanas para impedir la pérdida de energía, bombillas ecológicas, transportes públicos, clasificación energética de nuestros electrodomésticos, etc.,etc.; de esta manera tan divertida niños y papás fuimos teniendo ideas y elementos para reflexionar sobre cómo "ambientalizar" nuestro entorno.

Pero lo definitivo fue conocer a otro amigo llamado Robur. Es un roble con mucha, mucha experiencia, créeme, mucha, y le conocimos a través de un teatro de guiñol. Robur nos enseñó que gracias a él, a sus amigas las plantas, y a otros muchos árboles, podemos respirar cada día y nos hizo conscientes de lo grave que es que progresivamente se talen más árboles, se construyan más edificios y la vegetación cada día sea más escasa.
Robur nos dijo que todos los días él respira el CO2 de nuestra atmósfera, y lo transforma en O2 para que nosotros podamos respirar, pero nos dijo que se encontraba muy cansado porque cada vez quedaban menos árboles para desarrollar este trabajo y él solo no podía fabricar todo el oxígeno que necesitamos para vivir, y nos pidió ayuda. Mientras él dormía, nosotros, niños y papás, todos en equipo, dibujamos y coloreamos muchas ideas para hacer posible la mejora de nuestro ambiente; entre todos escribimos una carta para Robur, se la leímos y se puso tan contento que empezó a respirar más y más para crear más oxígeno, y hasta nos enseñó una canción muy chupi.

Robur nos enseñó que con muchos pequeños cambios que podemos hacer en casa contribuímos a conseguir grandes cambios en nuestra atmósfera
¿Sabíais que una sola bombilla de bajo consumo en nuestro hogar emite media tonelada menos de CO2 a la atmósfera al año? ¿o que si nos duchamos en vez de bañarnos ahorramos 200 litros de agua?

El próximo taller nos enseñará todo sobre las bolsas de plásticos ¿os apuntáis?

No hay comentarios:

Publicar un comentario